Retos
virales
17.02.20
Gloria Rodríguez Caballero, HMSP
Desde hace unos años atrás se han viralizado una
serie de retos o desafíos que han «pegado» mucho sobre todo entre los más jóvenes. Hay
algunos de éstos que son inofensivos o que tienen una buena finalidad como
aquel de tomar foto a un lugar sucio y juntar un equipo de amigos para que
limpien el lugar y luego subir la foto de cómo quedó éste, después de su
trabajo.
Sin embargo, la mayoría de los retos que hoy se
presentan a la juventud son, simplemente, ridículos y nocivos, pues dañan la
integridad personal o del otro, llevándolos a situaciones extremas, hasta el
punto de poner en juego la propia vida.
Es increíble que haya quienes tengan la malvada
intención de dañar a otros presentando estos retos; pero lo que llama más la
atención de estos «juegos» es: ¿por qué los jóvenes y adolescentes son víctimas
tan fáciles de hacer caer?, ¿por qué no se tiene un poco de criterio para
diferenciar lo que ayuda y lo que les daña o daña a otros?, ¿qué tipo de
sociedad se está creando que los jóvenes responden así?
Ante esta realidad destructiva, ¿qué hacer para
evitar que se siga tratando como marionetas a nuestros jóvenes? ¿Cómo ayudarlos
a tener criterio y responsabilidad? A continuación, se dan algunos consejos que
pueden ser de gran utilidad para formar con criterio a los jóvenes de hoy.
Forjar un criterio
El ser humano tiene la capacidad especial de
razonar, reflexionar y decidir. Por eso, actuar sólo por instinto es no actuar
de forma plenamente humana. Sin embargo, los medios de comunicación actual
generan tal dependencia que, en muchas ocasiones, no se piensa antes de actuar.
Hay quienes, incluso, confunden la realidad inmediata con el mundo virtual, que
es irreal.
En la familia se pueden contrarrestar estas
realidades ayudando a los hijos a pensar: conversar con ellos sobre temas de
actualidad, preguntándoles qué opinan o qué es lo que les han dicho, para poder
orientarlos. Claro, esto exige que los padres de familia se preparen, para
encauzarlos adecuadamente. Por ejemplo, se puede preguntar a los hijos sobre
las series o películas que ven, para motivarlos a ser críticos y que no asuman
alguna idea o conducta, sólo «porque la vieron en la tv o en el internet». Después, hay que escuchar
sus opiniones con atención mientras les enseñamos a argumentar sus ideas. Todas
estas estrategias podrán desarrollar su pensamiento crítico que es fundamental
para obtener un criterio personal.
En el modo de ejercer la autoridad también se
puede ayudar a desarrollar su criterio: la obediencia es una virtud que se debe
fomentar en casa, pero siempre es bueno que detrás de esa obediencia exista una
comprensión de los hechos. No se trata de hacer las cosas «porque sí», sino de entender
su sentido para asumirlas por convicción y no sólo por obligación.
Fortalecer la voluntad
Tener fuerza de voluntad es básico para formar el
carácter. Pues no basta con saber que algo está mal, sino que se requiere de
una adecuada fuerza interior para oponerse o resistirse a practicarlo. Muchos jóvenes
son lastimados por los retos virales, por «no quedar mal» o por temor a ser
rechazados. Por tanto, se debe forjar a la persona para decir «no» a lo que
daña, aunque parezca agradable.
Para lograrlo, es necesario entrenarse en el día a
día. Las pequeñas renuncias para complacerse, como por ejemplo no comer o tomar
algo que me gusta; hacer ejercicio, aunque «no tenga ganas»; lavar la ropa o
tender la cama, aunque «tenga flojera». Son pequeños ejercicios de la voluntad.
Si no se puede vencer la persona en lo pequeño, mucho menos en lo grande.
Capacidad de observación y análisis
Una persona madura tiene una percepción realista
de los hechos y la capacidad de sacar conclusiones lógicas de los mismos. Es
decir, sabe «ver las cosas como son», por tanto,
pueden evaluarlas con equilibrio. Por eso es importante educar en esta
capacidad, para no decidir algo sin primero observar las cosas y analizarlas.
Se trata de «ver el bosque y no quedarse sólo con el árbol…»
Muchas personas juzgan sólo por las apariencias, y
no son capaces de ir más allá. Para crecer en esta capacidad, es necesaria la
prudencia y el estudio. Además, se debe pedir la luz del Espíritu Santo en las
diferentes situaciones juzgar la realidad con espíritu de fe y guiándose por la
voluntad divina. Un ejercicio que puede ayudar es el elegir un par de hechos
realmente importantes de la vida pasada y escribir las enseñanzas que se han sacado
de ellos.
Finalmente, se debe hacer hincapié en que el
tiempo invertido en los niños, adloescentes y jóvenes para formarlos, dará
frutos abundantes y evitará grandes desastres como los que están provocando estos
retos virales.
HMSP comunik
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