viernes, 20 de marzo de 2020

Indulgencia plenaria frente al COVID-19




Un oasis en el desierto 

La noticia de que el Santo Padre concede la Indulgencia plenaria a los fieles enfermos de Coronavirus, a los agentes sanitarios, los familiares y todos aquellos que, exponiéndose al riesgo de contagio, cuidan de los enfermos, es un auténtico “oasis” en medio del desierto, pues esta disposición nos permite recibir auxilios espirituales en una época en que recibir los Sacramentos directamente es complicado.

Esto confirma la Palabra de Dios expresada en Rom 8, 28: «Todo lo que Dios permite, es para bien de los que lo aman», pues ninguna época, generación o situación está desprovista de la mano misericordiosa de Dios. Es verdad que el hombre provoca grandes males por ambición, odio, envidia, egoísmo, soberbia…, pero aún en medio de ellos, Dios resplandece con su misericordia que nos otorga su ayuda y consuelo en todo momento.

Ante la pandemia que enfrentamos, independientemente de cuál sea su origen, encontramos fuertes llamadas de atención, la invitación a la conversión y una convocatoria a la fraternidad universal: no podemos desentendernos del resto del mundo. 

Ante la emergencia mundial, la Santa Sede ha hecho público este viernes, 20 de marzo de 2020, el decreto de la Penitenciaría Apostólica relativo a la concesión de indulgencias especiales a los fieles en la actual situación de pandemia, firmado el 19 de marzo por el cardenal Mauro Piacenza, penitenciario mayor, y por Krzysztof Nykiel, regente.

Enfermos de COVID-19

Las personas que gozarán de la Indulgencia plenaria serán los enfermos sujetos a cuarentena por orden de la autoridad sanitaria en los hospitales o en sus propias casas «si, con espíritu desprendido de cualquier pecado, se unen espiritualmente a través de los medios de comunicación a la celebración de la Santa Misa, al rezo del Santo Rosario, a la práctica piadosa del Vía Crucis u otras formas de devoción, o si al menos rezan el Credo, el Padrenuestro y una piadosa invocación a la Santísima Virgen María, ofreciendo esta prueba con espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los hermanos».

Siempre, «con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), apenas les sea posible», indica el decreto.

Agentes sanitarios y cuidadores

Igualmente, podrán ganar la Indulgencia plenaria los agentes sanitarios, los familiares y todos aquellos que, «siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, exponiéndose al riesgo de contagio», cuidan de los enfermos de Coronavirus, en las mismas condiciones.

A quienes oren con fervor por los enfermos y fallecidos

La Penitenciaría Apostólica concede también la Indulgencia Plenaria, en las mismas condiciones, con ocasión de la actual epidemia mundial, a «aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o la lectura de la Sagrada Escritura durante al menos media hora, o el rezo del Santo Rosario, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o el rezo de la corona de la Divina Misericordia, para implorar a Dios Todopoderoso el fin de la epidemia, el alivio de los afligidos y la salvación eterna de los que el Señor ha llamado a sí».

La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia cf. (CEC 1471a). Puede ser parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente (cf. CEC 1471b). Recordemos, también, que «todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias» (CEC 1471c).

Condiciones para ganar una Indulgencia

Para ganar una indulgencia plenaria, además de querer evitar cualquier pecado mortal o venial, hace falta rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia cumpliendo tres condiciones básicas:

a)    Confesión sacramental
b)    Comunión Eucarística
c)     Oración por las intenciones del Papa

Con una sola confesión sacramental puede ganarse varias indulgencias plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Papa sólo se gana una indulgencia plenaria. Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia, pero es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día. En esta situación de contingencia, se recomienda hacer la Comunión espiritual siguiendo las transmisiones de la Eucaristía en vivo. En cuanto sea posible hay que cumplir los dos primeros puntos.

La condición de orar por las intenciones del Papa se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y un Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de orar con cualquier fórmula, según su piedad y devoción.

La indulgencia plenaria únicamente puede ganarse una vez al día, mientras que la indulgencia parcial puede ganarse varias veces al día. 

Así, todo fiel cristiano puede mantenerse en gracia aún en esta situación de pandemia.

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