Estamos
iniciando un nuevo año litúrgico y hoy, más que otros tiempos, el mensaje de
esperanza y alegría que el tiempo de Adviento nos trae, resulta un anuncio necesario
y urgente que debemos llevar a los que nos rodean.
Así,
se nos invita a que en cada casa y en cada comunidad se tenga este signo de la Corona
de Adviento, el cual nos invita a prepararnos en oración y acción para la
llegada de Jesucristo. Debido a la contingencia sanitaria, los fieles están
llamados a poner todo de su parte para no pasar inadvertido este tiempo
especial de gracia, asistiendo a Misa en familia o, en caso de no ser posible,
participando de ésta en vivo, a través de los medios de comunicación.
La
siguiente propuesta de oración en familia, está tomada del documento de la
Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica, con la diferencia de que se toma
en cuenta que la familia ha participado, de alguna de las formas mencionadas,
de la celebración eucarística, e invitando a la participación a más miembros de
la familia.
(De acuerdo a la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica, la
celebración en familia puede ser guiada por el papá o la mamá, o el miembro que
haga cabeza en la familia)
Papá:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
Papá:
Bendigamos a Dios Padre, que nos reúne en nombre de Cristo para que unidos con
toda la Iglesia estemos en comunión los unos con los otros por la fuerza de su
Espíritu Santo.
Todos:
Bendito seas por siempre, Señor.
Papá:
Queridos hermanos, al comenzar un nuevo año litúrgico vamos a pedir a Dios que
bendiga esta corona con que iniciamos también el Tiempo de Adviento. Sus luces
serán para nosotros un recuerdo de que Jesucristo, el Señor, es la luz del
mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza. Así, encender semana a
semana, los cuatro cirios de esta corona significarán nuestra gradual
preparación para recibir la luz de la Navidad.
Papá:
Llenos de esa confianza, juntos oremos al Señor con el Salmo 79, respondiendo: “Señor,
muéstranos tu favor y sálvanos”.
(puede proclamar el Salmo otro miembro de la familia)
Lector:
Escúchanos, pastor de Israel, tú, que estás rodeado de querubines, despierta tu
poder y ven a salvarnos.
Todos:
Señor, muéstranos tu favor y sálvanos
Lector:
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos: mira tu viña y visítala, protege
la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste.
Todos:
Señor, muéstranos tu favor y sálvanos
Lector:
Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no
nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder.
Todos:
Señor, muéstranos tu favor y sálvanos
(A continuación, otro miembro de la familia proclama el texto
bíblico)
Marcos 13, 33-37
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no
saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su
casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté
velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el
dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la
madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo
que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta”. Palabra de
Dios
Todos:
Te alabamos, Señor.
(Luego, el que guía invita a los presentes a guardar un momento de
silencio y, a continuación, es recomendable que compartan brevemente su
reflexión sobre el texto bíblico)
Papá:
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante
tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los
que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de
esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque
y la ha adornado con luces. Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de
preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se
acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros
nos ilumines con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará
todas las oscuridades. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
(A continuación, el más pequeño de la casa enciende la primera vela,
mientras todos cantan: ¡VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES!)
¡VEN,
VEN, SEÑOR, NO TARDES!
¡VEN,
VEN, QUE TE ESPERAMOS!
¡VEN,
VEN, SEÑOR, NO TARDES!
¡VEN,
PRONTO, SEÑOR!
El mundo
muere de frío,
el alma
perdió el calor;
los hombres no son hermanos
el mundo
no tiene amor.
¡VEN,
VEN, SEÑOR, NO TARDES!...
Envuelto
en sombría noche
el mundo sin paz no ve;
buscando
va una esperanza,
buscando,
Señor, tu fe.
¡VEN,
VEN, SEÑOR, NO TARDES!...
Al mundo
le falta vida,
al mundo
le falta luz,
al mundo
le falta el cielo,
al mundo
le faltas tú.
Papá:
Querida familia, ya que esperamos la venida del Señor, juntos digámosle: Ven,
Señor, no tardes. (Puede leer una petición cada
quien)
1.
Porque
has rasgado los cielos y esperamos que regreses.
Todos:
Ven, Señor, no tardes.
2.
Porque has hecho maravillas en favor de quienes esperamos en ti.
Todos:
Ven, Señor, no tardes.
3.
Porque sales al encuentro del que te es fiel y practica la justicia.
Todos:
Ven, Señor, no tardes.
4.
Porque nos has mostrado el rostro del Padre.
Todos:
Ven, Señor, no tardes.
5.
Porque queremos permanecer irreprochables hasta tu advenimiento.
Todos:
Ven, Señor, no tardes.
6.
Porque nos fortaleces en la esperanza.
Todos:
Ven, Señor, no tardes.
7.
Porque vienes para salvarnos.
Todos:
Ven, Señor, no tardes.
8.
En estos momentos de emergencia.
Todos:
Ven, Señor, no tardes.
(Podemos agregar otras intenciones)
Papá:
Pidamos, al Padre que estemos listo para la venida del Señor, orando como el
mismo Cristo nos ha enseñado: Padre nuestro, que estás en el cielo…
Papá:
Concédenos, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro de Cristo que
viene a nosotros, para que, mediante la práctica de las buenas obras, colocados
un día a su derecho, merezcamos poseer el reino celestial. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Todos:
Amén.
(Finalmente, todos hacen la señal de la Cruz)
Papá:
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Todos:
Amén.
Papá:
Bendigamos al Señor.
Todos:
Demos gracias a Dios.